En una medida que puede significar un cambio en los sistemas de pago tal como los conocemos, desde el próximo viernes, 1 de septiembre, entra en vigencia una nueva regulación emitida por el Banco Central (BCRA), con implicaciones de largo alcance para el panorama económico del país, ya que le permitirá a los clientes realizar pagos con tarjetas desde cualquier billetera digital interoperable, independientemente de la marca del Código QR que exhiba un comercio.
La implementación de este “QR interoperable”, que ya había sido anunciada en mayo pasado, busca -según las autoridades- la democratización de los procesos financieros.
El paradigma actual de pagos mediante códigos QR proporcionados por empresas fintech se caracteriza por su limitación inherente: solo autorizan las tarjetas asociadas a la billetera digital específica provista por la misma entidad. Este esquema, si bien eficaz en ciertas circunstancias, ha demostrado ser un obstáculo para la fluidez y la diversidad en las opciones de pago.
A partir del viernes, las barreras impuestas por la dependencia de una billetera digital particular se desmoronarán, cediendo paso a un único código QR capaz de aceptar una gama diversa de instrumentos de pago.
Esta estrategia no solo simplificará el proceso de pago para los consumidores, sino que también tiene un potencial transformador para los comercios, reduciendo la complejidad operativa y ampliando sus oportunidades de negocio.
Qué cambió para los pagos con tarjeta de crédito y débito
En este escenario, la necesidad de adoptar un enfoque más equitativo se ha convertido en la piedra angular de la nueva regulación del BCRA. El comunicado emitido por las instituciones bancarias subraya que los “adquirentes y agregadores” encargados de brindar este servicio están obligados a erradicar cualquier forma de discriminación en términos de comisiones y tiempos de acreditación de fondos basada en la marca de la billetera digital utilizada para la transacción. Este mandato refleja un compromiso inquebrantable con la igualdad de condiciones para todos los actores involucrados en la cadena de valor.
El cambio que entra en vigor el viernes trasciende el ámbito de la tecnología financiera y se proyecta como un catalizador potencial para la reactivación económica post-pandémica. Al empoderar a los consumidores con una mayor diversidad de opciones de pago y al fomentar la competencia entre los proveedores de servicios financieros, esta regulación tiene el potencial de revitalizar el flujo económico y estimular la inversión en innovación dentro del sector.
Este movimiento del BCRA, que ha estado en proceso de desarrollo durante meses, establece un precedente crucial para la industria financiera global. La interoperabilidad de los pagos a través de códigos QR no solo redefine las reglas del juego en Argentina, sino que también envía ondas de choque a nivel internacional, planteando preguntas sobre la naturaleza misma de los sistemas de pago en un mundo cada vez más interconectado.
