El Súperclasico cumple 109 años: cómo fue el primer Boca-River

Se jugó en la cancha de Racing, el 23 de agosto de 1913. River se quedó con el triunfo por 2-1. Detalles de aquel partido histórico.


109 años es un número arbitrario. No es 105 o 110. Muchos menos 100, 125 o 150. ¿Por qué esta nota entonces? Porque era domingo al mediodía y acababa de ver Leeds 3-Chelsea 0 y porque estaba empezando Newcastle-Manchester City y, de pronto, me agarró cierta nostalgia por esos domingos de hace medio siglo en donde sintonizaba Canal 7 (no era ni la TV Pública, ni ATC, sólo Canal 7, a secas) y descubría qué partido iban a televisar en diferido a la noche. Eran tiempos en donde sólo se transmitía un partido los viernes, con relatos de Oscar Gañete Blasco, y otro en la noche del domingo, pero grabado.

La trampa que teníamos los niños para descubrir cuál sería el televisado nocturno era poner Canal 7 a las 13:30 para ver qué partido de reserva era el que pasaban. Y ahí teníamos la confirmación de lo que iba a ocurrir a la noche ya que no había múltiples cámaras en todas las canchas. A lo sumo, en el resto de los partidos, iban las cámaras de película de 16 milímetros para grabar algunas acciones y los goles, algo que recién podíamos disfrutar al día siguiente en el noticiero de Canal 13 que conducía Horacio Galloso al mediodía.

Eran tiempos también en donde mirar Canal 13 no significaba nada más que sintonizar un canal y no apoyar a una súper empresa que siempre anda conspirando para derrumbar a un gobierno popular para abrirle la puerta a otro neoliberal que nos mande al descenso sin escalas previas.

Por eso me dieron ganas de escribir de River y de Boca o de Boca y de River. Porque son los equipos más grandes de la Argentina y porque simbolizan lo que significa el fútbol argentino, en épocas en donde la magia de la Champions League, de la Premier, de la Ligue 1, de La Liga o de la Bundesliga parecen opacar a los torneos domésticos por la calidad del juego pero jamás por lo que representan para nosotros. Porque por mejor que muevan la pelota esos equipos formados por estrellas formidables, en definitiva nos vamos a conmover con algo que pase aquí cerca, a la vuelta de la esquina. Porque eso es lo que construye sentido. Lo otro es hermoso, no hay discusión, pero al mismo tiempo es lejano. Nos podemos conmover con las películas de Marvel, pero en definitiva sabemos que los superhéroes no existen, que los supervillanos tampoco y que la vida real está en otra parte. Entendemos que los verdaderos superhéroes son los que se levantan todos los días para llevar el mango a la casa y los que luchan en las calles por sus derechos; y que los supervillanos están pintados de amarillo y tiran globos.